¿Quién es el diseñador editorial y cuál es su función?
El diseño editorial: es la rama
del diseño gráfico dedicada a la #maquetación y composición de publicaciones tales como revistas, periódicos o libros.
Como ya
saben, siempre estoy a la caza de artículos interesantes para el blog, y hoy
encontré esta información que hacía mucho deseaba traerles a manera de dato
educativo. Los escritores que se auto publican, suelen ser víctimas de la falta
de conocimientos en los menesteres de cuáles son los tamaños correctos para las
letras de acuerdo al género del libro, cuál es la tipografía más indicada; por
lo que hoy les presento el importante papel que desempeña el #Diseñadoreditorial
nuestro mejor aliado para presentar nuestros libros con un aspecto profesional.
10 reglas para hacer diseño editorial
Por: Mario Balcázar
Mario Balcázar, tiene 10
reglas para lograr un diseño interno del libro que ahora las comparte contigo.
1. Lee lo que diseñas
Parecerá muy
obvio, pero es fácil detectar cuando se diseña un texto sin conocer la parte
sensible de la información. En publicaciones cortas como folletos o revistas,
leer los textos nos permitirá saber dónde cortar columnas, hacer tablas o apostillas,
entender el lugar donde deben ser colocadas para dar dinamismo y orden de
lectura. Lo mismo aplica en libros que no sean de texto corrido (como libros de
arte, por ejemplo) y que en lo posible se empata o complementa el contenido con
la parte gráfica.
Además, leer
el texto nos permitirá adentrarnos en el tema de lo que diseñamos y podremos
tomar decisiones creativas que incluso puedan llegar a ajustar los textos en
pro de una comunicación más efectiva.
2. Haz la letra pequeña
Si vas a
aplicar un diseño en un tamaño carta, seguramente despliegues la hoja de tal
forma que se acople al tamaño del monitor. Entonces, cuando comienzas a usar
tipografía dejas el tamaño que viene por omisión —que es de 12 puntos— porque
lo alcanzas a leer perfectamente. Sin embargo, al imprimir el diseño te das
cuenta de que la tipografía es grande. Este tema es muy recurrente en
cuestiones de producción. Una letra demasiado grande no solo ocupa mucho
espacio sino que reduce el ancho de las columnas provocando que surjan balazos
en la mancha tipográfica, muy difíciles de maniobrar, además de minimizar la
libertad de aplicación de otros elementos en la misma página.
Lo más
recomendable es, una vez seleccionada la tipografía a utilizar, imprimir una
hoja con párrafos compuestos en diferentes tamaños (de 6 a 12 puntos, y luego
de 14, 16, 18, 21, 24 y 36 para los títulos, subtítulos y balazos). Puedes
hacer el mismo ejercicio con distintas interlíneas para entender cómo se
comporta la mancha en cada combinación de fuente-tamaño-espaciado.
El tamaño de
12 puntos se usa en libros de texto infantiles y de texto corrido; para libros
con textos cortos puede usarse en una escala de 9 a 11 puntos y para folletería
y revistas los tamaños son mucho más pequeños, a veces desde los 7 hasta los 10
puntos, siendo 9 el más común. El tamaño de la tipografía varía según qué
fuente se utilice. Una misma letra en Helvetica o Garamond puede presentar
enorme diferencia, como puede verse a continuación.
En este ejemplo se muestra diferentes especímenes de la letra «a», todas compuestas al mismo tamaño pero en diferentes fuentes. Es muy notoria la diferencia de tamaños entre ellas, la cual se da principalmente por la altura del eje de las x.
3. Comienza tu archivo como original mecánico
Un caso
típico: el proyecto está un día atrasado porque le han hecho correcciones de
último momento y la imprenta no deja de llamar presionándote para que lo
entregues a producción. Una vez aprobado comienzas a convertirlo en original
mecánico, le pones los rebases, revisas los tamaños y resolución de las
imágenes, terminas los folios y lo envías a producción en menos de media hora.
Cuando sale impreso te das cuenta que hay elementos a los que se te pasó
aplicar los rebases.
Eso es un
problema grande que tiene muchas explicaciones no tanto relacionadas con tus
conocimientos sobre cómo armar un original mecánico. En general es consecuencia
de trabajar con el tiempo encima y la presión constante de tu cliente y de la
imprenta. Pocas veces tenemos oportunidad de dar una última revisión
suficientemente consciente, porque además hemos visto demasiado el proyecto y
por lo mismo, los errores no saltan fácilmente a nuestra vista.
El mejor
consejo para esto es que desde el principio trates tu archivo final como si ya
estuvieras armando un original mecánico. Dedícate a hacer los rebases
correspondientes y a revisar las imágenes desde que comienzas a aplicar el
diseño, de esta forma reduces considerablemente el margen de error producido
por la presión el día de la entrega.
4. Mantén un solo estilo
Este es un
descuido recurrente, especialmente cuando manejas textos independientes o que
se encuentran separados por imágenes de forma reiterativa. Para lograr mantener
un estilo único es necesario realizar un planteamiento claro del diseño antes
de ejecutarlo. Seleccionar la tipografía cuidadosamente y el formato de los
textos: tamaño, interlínea, alineación, si llevará cortes de palabra, kerning
y tracking. También es importante que plantees el espacio entre párrafos
y lo combines con sangrías (excepto en el primer párrafo del texto, que nunca
debe llevar). Si usas un espacio grande, entonces suprime las sangrías y si no
dejas espacios entre párrafos, entonces sí colócalas, preferentemente de un
cuadratín, es decir, del mismo tamaño de la tipografía que estás usando. El
secreto es la constancia en todos estos aspectos a lo largo de tu publicación.
Además, una
de las cosas que recomiendo es minimizar el número de fuentes. Realmente puedes
plantear el diseño de una revista trabajando con una sola fuente —con sus
respectivas variantes— y cambiarla en los títulos, subtítulos, balazos, tablas
y textos alternos. Dicho en otras palabras, puedes hacer una publicación usando
solo Frutiger, por ejemplo, y que no se sienta repetitivo o aburrido, solo es
cuestión de creatividad.
Cuida
igualmente el ancho de las columnas. Aunque las cajas de textos sean móviles, el
ancho de una columna te ayudará a dar uniformidad al diseño.
5. Cuida la ortografía
Siempre he
dicho que un diseñador serio sabe de ortografía. Si la tuya es mala siempre
estarás expuesto a correcciones vergonzosas. Y, peor aún, si no hay alguien que
revise tus trabajos antes de producirlos, a la vergüenza se sumarán problemas
graves con tus clientes así como críticas brutales de los usuarios finales. Un
diseñador no puede darse el lujo de tener mala ortografía, de no conocer las
reglas más elementales del español así como los estilos de redacción.
¿Cómo puedes
mejorar tu ortografía? Lo mejor es leyendo, es la forma más rápida e intuitiva.
Un curso de ortografía te servirá para resolver situaciones muy complicadas.
Además siempre es importante tengas tu diccionario a la mano o bien, un acceso
directo a algún diccionario en línea, como el de la Real Academia Española.1
6. Usa el programa correcto
Importar
imágenes en Illustrator 88 era una misión imposible, lo mismo escribir texto en
Photoshop 3.0 o hacer una imagen vectorizada en QuarkXPress o PageMaker. Con el
paso del tiempo los programas se han robado ideas entre sí y comparten ya
muchas herramientas comunes, de tal forma que cada día se vuelve más fácil
independizarse de los demás programas para ejecutar ciertas tareas sencillas.
Aun así, cada uno conserva en su base de trabajo elementos que lo definen y
especializan para hacer determinadas tareas.
Es muy
importante la decisión del programa a utilizar para ejecutar cualquier diseño.
Un folleto de cuatro páginas se puede hacer en Illustrator o InDesign. Si no
hay demasiados textos o imágenes nos inclinaremos por el que mejor dominemos,
pero si son 12 páginas, con muchos textos y fotos en alta resolución, hacerlo
en Illustrator tendrá como consecuencia un archivo muy grande, lento y más
dificultad para darle salida en preprensa. Mucho peor aún si lo hacemos en un
solo lienzo utilizando una capa o layer diferente para cada página (los layers
no sirven para eso).
Utilizar el
programa correcto es importante para trabajar más rápido, con mayor facilidad y
reducir errores y complicaciones de producción. En diseño editorial no hay
muchas opciones: InDesign o QuarkXPress para publicaciones que impliquen manejo
de texto y muchas imágenes, Illustrator o CorelDraw! para productos editoriales
pequeños como folletos en formato tríptico, por ejemplo, carteles o papelería,
además de desarrollo de ilustraciones a base de vectores y Photoshop para
imágenes con base en pixeles, como carteles, folletos de una sola cara y que no
impliquen demasiadas cajas de texto.
7. Boceta
Llevamos más
de 20 años diseñando en computadoras, lo cual implica que las nuevas
generaciones se van alejando poco a poco de los sistemas tradicionales de
diseño. Actualmente en todas las universidades del mundo se hace la aclaración
que las computadoras son la herramienta para la ejecución de ideas que nacen de
nuestra mente, sin embargo, en la realidad es muy complicado desligarse de esta
concepción. Cada vez son menos los estudiantes que bocetan antes de sentarse
frente al ordenador, lo cual denigra la labor del diseño como una industria.
Bocetar
tiene la ventaja de la ocasión: detener el auto en cualquier lado para plasmar
una idea en una libreta o bien, experimentar rápidamente ideas o conceptos,
además de que nos ayuda a diseñar sin la predisposición de una herramienta
concebida en cualquier programa.
8. Cuida las manchas tipográficas
La Biblia de
Gutenberg, el primer libro impreso, tenía como característica una marcha
tipográfica uniforme y muy estética. Con el paso del tiempo los tipos de letra
se han adelgazado y limpiado. Los pesados y complicados remates se convirtieron
en patines, que cada vez se hicieron más discretos hasta que hoy han
desaparecido en más de la mitad de las fuentes existentes. Con ello, crear una
mancha tipográfica efectiva se ha vuelto más difícil, ya que especialmente en
las composiciones justificadas a ambos lados se tienden a abrir espacios que
perforan la mancha tipográfica.
Controlarlos
implica un conocimiento y sensibilidad especial sobre la tipografía. Saber
ajustar el espacio entre palabras, el interletraje y los guiones para partir
palabras implica un trabajo crítico. Cada vez más se adopta la justificación a
la izquierda para evitar estos defectos, especialmente por la movilidad que
implican los textos en internet. Sin embargo, es necesario siempre dominar este
arte.
9. No uses copy/paste
Tanto
Illustrator como InDesign tienen dos formas de importar imágenes: la primera es
como un liga, es decir, colocar un previo de la imagen para que se pueda
visualizar en el documento, pero que forzosamente está ligada al archivo de la
imagen original y la otra, que cada vez usan más los estudiantes y
contemporáneos, que es seleccionar la imagen en Photoshop y transportarla al
documento con copiar/pegar, o copy/paste, como se le conoce comúnmente.
En un
principio resulta muy cómodo, pero si se debe regresar al programa original
para hacer algún retoque o corrección eso ya no es posible. Solo repitiendo la
misma acción, lo cual va en detrimento de la calidad de la imagen. Esto hace
que el proceso de preprensa se complique, ya que no se puede comprobar la
resolución correcta de las imágenes a través de los sistemas que alertan cuando
hay un error (como Preflight).
Finalmente,
usar este método delata la falta de cuidado en detalles como manejo del color,
puntos por pulgadas (dpi) y formato de color. Como lo explicamos en el
punto 3, hacer de nuestro original un original mecánico es importante desde un
principio.
10. Jerarquiza
El diseño
editorial podemos llevarlo a dos niveles distintos: el primero es para llamar
la atención del lector e interesarlo en el tema, y el segundo para dar confort
y dinamismo a la lectura. No siempre van juntos. En un artículo de una revista,
por ejemplo, existen casi siempre tres niveles de lectura:
- el primero es la portada del artículo, que por lo general se compone por el título y una imagen.
- En segundo lugar está el balazo de introducción al texto, así como los demás regados por todo el artículo
- y finalmente, el texto general.
La finalidad
de esto es que primero cachemos al lector cuando hojea la revista. Si la
imagen y el título le son atractivos automáticamente pasará al segundo nivel
que es leer los balazos del artículo. Hasta este punto el diseño editorial se
comporta como publicidad, en el sentido que podemos jugar con los textos,
colores, alineaciones, imágenes y más. Finalmente, si al lector le sigue
interesando el tema, pasará al tercer y último nivel, que es permitir que la
lectura del contenido se pueda desarrollar con comodidad. Aquí el diseño
editorial se torna más formal en todas sus reglas y normas, ya que no es
necesario seguir llamando la atención del lector.
Este ejemplo
ilustra que el diseño editorial se compone por diferentes niveles de lectura.
Saber encontrarlo y dominar cada nivel, da como resultado un diseño editorial
exitoso.
Una regla extra. Aplica correctamente la tipografía
Un buen
diseñador sabe usar la tipografía. A casi todos los diseñadores les gusta pero
realmente no todos tienen esa sensibilidad para seleccionar y aplicar la fuente
correcta. Habrá que imprimirla, de ver cómo funciona con el sustrato final,
probar con interlíneas, con interletrajes y con los diferentes pesos y estilos
que ofrece. No quise cerrar esta nota sin incluir esta regla, aunque rompa el
nombre del artículo.
Seguramente
esta reflexión arrojará una serie de nuevas reglas o énfasis en las más
básicas. Bienvenidas todas las adiciones a este tema.
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